MISIONEROS DE JESÚS
¡Bienvenido a este espacio para los que tenemos un Espíritu Misionero; que buscamos que todos los niños del mundo conozcan y amen a un gran amigo que es JESÚS!
¡Qué los niños ayuden a los niños!
Email de la iam: infanciamisioneraedamyuc@gmail.com
https://sites.google.com/site/edamyuc/
¡Qué los niños ayuden a los niños!
Email de la iam: infanciamisioneraedamyuc@gmail.com
https://sites.google.com/site/edamyuc/
Te invitamos a visitar: OMPE-Yucatán, Méx. http://iamanimacinmisionerayuc.blogspot.com/
Deja tus mensajes en el Foro de la OMPE:
http://ompeyucatan.foroactivo.com/
Piensa que... Amigo: Infancia Misionera te brinda la oportunidad de llenar el tremendo vacío que se nos crea en nuestras parroquias con los niños de Primera Comunión.
Se desaparecen como por encanto una vez pasada la fiesta y recibido el precioso diploma. En nuestros colegios públicos o privados se repite la triste experiencia en mayor o menor grado. Es un auténtico drama de nuestras comunidades eclesiales.
¿Por qué no intentas establecer INFANCIA MISIONERA y prender así la lucecita que te corresponde ? (Tomado del P.C.A)
Deja tus mensajes en el Foro de la OMPE:
http://ompeyucatan.foroactivo.com/
jueves, 1 de junio de 2017
sábado, 19 de noviembre de 2016
VIGILIA - COMIENZO DE ADVIENTO
VIGILIA -
COMIENZO DE ADVIENTO
MATERIAL:
Una imagen de la Virgen
María (La Virgen
Madre, La virgen con niño)
Una imagen de la Sagrada
Familia
Corona de adviento
3 cirios o velas grandes.
(En
pie)
Canción de adoración.
(De rodillas)
Exposición del Santísimo.
Canción de adoración.
(De rodillas)
Exposición del Santísimo.
CANTO:
“Maranatha”, Ven, Señor Jesús.
(De rodillas. Pausa de silencio. Canción)
(De pie)
(De rodillas. Pausa de silencio. Canción)
(De pie)
Inicio:
Esta vigilia nos ayuda a adentrarnos
en este tiempo litúrgico de Adviento, un tiempo especial que la Iglesia nos
ofrece para profundizar en el misterio de la Encarnación, en el cual nos
preparamos de corazón para recibir a Cristo, naciendo entre los hombres, para
darnos la salvación y para aumentar en nuestros corazones el anhelo del retorno
de Nuestro Señor.
Le pedimos la asistencia de Nuestra Madre del cielo, la Virgen María, y
de nuestros ángeles custodios, para que nos ayuden en esta Hora Santa que
realizamos en tiempo de Adviento.
El
mundo trata de distraernos, de llevarnos por caminos contrarios a los de Dios;
el mundo busca hacernos creer que Adviento y Navidad son tiempos de
distracción, de diversión, de compras, de olvido de Dios. El mundo quiere hacernos creer que la Navidad
es caer a la voracidad y a la diversión sin freno. Ofrecemos esta Hora Santa en reparación por
quienes caerán en los engaños del mundo, y le pedimos a la Virgen el verdadero
espíritu de Adviento, espíritu de oración, de penitencia, de obras de
misericordia, de espera alegre del Mesías que vendrá para Navidad escondido en
la naturaleza de un Niño recién nacido.
Este tiempo que dura cuatro semanas,
es un tiempo precioso para ir revisando nuestra vida y lograr disponer nuestro
corazón como un auténtico pesebre donde pueda nacer el Señor.
Es el tiempo de la espera por
excelencia. Con meditaciones, con cantos,
tiempo de silencio y preces para centrarnos en la oración, llegamos a decir con
la esperanza viva, basada en la fe en la Palabra de Dios: “¡Ven, Señor Jesús!”
Meditación
Jesús, en el Antiguo Testamento, los
justos del Pueblo Elegido esperaban con ansias tu Venida. Ellos conocían las
Escrituras y los profetas y anhelaban fervientemente su cumplimiento, el
cumplimiento de las profecías que anunciaban el hecho más grande y maravilloso
que le pudiera acontecer a la humanidad toda, la Encarnación del Verbo de Dios.
los justos y los profetas del Antiguo Testamento anhelaban tu Venida, oh Rey
Mesías, porque se daban cuenta que este mundo, sin Ti, es un erial, un desierto
ardiente, un paraje desolado, una morada de bestias; se daban cuenta que este
mundo sin Ti, es un valle de tinieblas y de sombras de muerte, lleno de
peligros y de amenazas mortales, y por eso clamaban por tu Venida, porque al
venir a este mundo, lo habrías de iluminar con la luz de tu Ser divino, luz que
es al mismo tiempo Vida y Amor eternos. También nosotros, igual que los que te
esperaban con ansias en el Antiguo Testamento, esperamos con ansias la Navidad,
el tiempo de la Iglesia en el cual, por el misterio de la liturgia, habrás de
renovar tu Nacimiento virginal en una gruta de Belén. Junto a los hombres y
mujeres que en la Antigüedad te esperaban, también nosotros te esperamos con fe
y con amor, oh Rey Mesías, que vienes a nosotros revestido de Niño sin dejar de
ser el Dios omnipotente y de toda majestad que eres desde los siglos sin fin.
Amén.
Silencio
para meditar.
Oración:
“Dios
mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón por los que no creen,
ni esperan, ni te adoran, ni te aman” (tres veces).
“Santísima
Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo os adoro profundamente y os ofrezco
el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes,
sacrilegios e indiferencias con los cuales Él es continuamente ofendido. Por
los infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del Inmaculado Corazón de
María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén”.
L.
Adviento, tiempo de espera de lo eterno. Tiempo de espera del Señor.
T.- Tiempo de silencio para percibir su presencia. La presencia de Dios entre nosotros.
L.- ¿Cuándo llegará al fin el prometido de Dios?
T.- ¿Cuándo llegará el día en que nuestra espera será satisfecha?
L.- El día de Dios. Todavía un poco de tiempo, un poco de tiempo solamente.
T.- Y el Señor vendrá.
L.- Dios será luz para todos.
T.- Los ciegos lo verán.
L.- Todavía un poco de tiempo, un poco de tiempo solamente.
T.- ¿A quién temeré? ¿Quién me hará temblar?
T.- Tiempo de silencio para percibir su presencia. La presencia de Dios entre nosotros.
L.- ¿Cuándo llegará al fin el prometido de Dios?
T.- ¿Cuándo llegará el día en que nuestra espera será satisfecha?
L.- El día de Dios. Todavía un poco de tiempo, un poco de tiempo solamente.
T.- Y el Señor vendrá.
L.- Dios será luz para todos.
T.- Los ciegos lo verán.
L.- Todavía un poco de tiempo, un poco de tiempo solamente.
T.- ¿A quién temeré? ¿Quién me hará temblar?
T.- ¡Ven, Señor Jesús!Silencio para meditar.
CANTO:
Símbolos:
LA
CORONA DE ADVIENTO, es un símbolo cristiano que nos recuerda que Cristo es la
luz que viene a iluminar nuestra vida, y que en cada semana que encendemos una
vela, la luz debe ser cada vez más resplandeciente. La luz es un signo especial
que nos muestra como vencer las tinieblas. Ya el profeta Isaías lo anunciaba:
El pueblo que caminaba en las
tinieblas ha visto una gran luz; sobre los que habitaban en el país
de la oscuridad ha brillado una luz (Is 9, 1)
Silencio
para meditar.
Meditación:
Jesús, desde el seno de Dios Padre viniste a esta tierra, a encarnarte en el
seno de la Virgen Madre. Viniste en un noche helada, prefiguración de los
corazones oscuros y helados de los hombres, vacíos del Amor Divino. Elegiste
para tu Nacimiento, Tú, que eres el Creador del universo, una pobre, fría y
oscura gruta, gruta que tu Madre tuvo que limpiar para que sea más digna para
tu llegada, porque estaba llena del estiércol de los animales, porque era un
refugio del buey y del asno. Jesús, esa cueva de Belén, así de fría, oscura y
pobre, y toda manchada, es una figura del corazón del hombre sin tu gracia: es
frío, porque no tiene tu amor; es oscuro, porque no tiene tu luz; es pobre,
porque no tiene la riqueza de tu divinidad, y está manchada, porque el pecado
es la mancha espiritual que ennegrece el corazón. Jesús, haz que tu Madre, así
como preparó la gruta, limpiándola, para que Tú nacieras en un lugar digno, haz
que sea también la Virgen quien prepare nuestros corazones; haz que Ella, que
es la Mediadora de todas las gracias, nos consiga de Ti todas las gracias que
necesitamos, para que nuestros corazones sean como la cueva de Belén, limpia
por la acción de María y tu gracia. Amén.
Silencio para meditar.
Oraciones:
“Dios mío, yo
creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón por los que no creen, ni esperan,
ni te adoran, ni te aman” (tres veces).
“Santísima
Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo os adoro profundamente y os ofrezco
el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes,
sacrilegios e indiferencias con los cuales Él es continuamente ofendido. Por
los infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del Inmaculado Corazón de
María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén”.
L.- Es el Señor, a quien esperamos
serena y gozosamente.
T.- Señor, ¡no tardes más! ¡Ven, Señor Jesús!
L.- Tenemos necesidad de tu presencia.
T.- Nuestro corazón se viste de fiesta sabiendo que vienes ya.
L.- Que la humanidad entera ocupe su sitio para la fiesta.
L.- Que corra el vino en abundancia, como corría en las bodas de Caná.
T.- Sirvan las mejores carnes, se ha matado el toro cebado.
L.- Llega la hora, estamos de fiesta.
T.- No habrá últimos ni primeros.
L.- Todos seremos hermanos hijos e hijas del Rey.
T.- Todos saciarán su hambre.
L.- El lobo convivirá con el cordero.
T.- El leopardo será amigo del cabrito, el cachorro de león con el ternero.
L.- El león pacerá con la vaca y la cabra. El niño pequeño jugará con la serpiente y el áspid.
T.- Ven Señor, date prisa, Señor. Te esperamos anhelantes. Sabemos que vendrás.
T.- ¡Ven, Señor Jesús!
L.- Tenemos necesidad de tu presencia.
T.- Nuestro corazón se viste de fiesta sabiendo que vienes ya.
L.- Que la humanidad entera ocupe su sitio para la fiesta.
L.- Que corra el vino en abundancia, como corría en las bodas de Caná.
T.- Sirvan las mejores carnes, se ha matado el toro cebado.
L.- Llega la hora, estamos de fiesta.
T.- No habrá últimos ni primeros.
L.- Todos seremos hermanos hijos e hijas del Rey.
T.- Todos saciarán su hambre.
L.- El lobo convivirá con el cordero.
T.- El leopardo será amigo del cabrito, el cachorro de león con el ternero.
L.- El león pacerá con la vaca y la cabra. El niño pequeño jugará con la serpiente y el áspid.
T.- Ven Señor, date prisa, Señor. Te esperamos anhelantes. Sabemos que vendrás.
T.- ¡Ven, Señor Jesús!
Silencio para meditar.
CANTO.
ESA LUZ ES CRISTO QUE VIENE A ILUMINAR NUESTRA
VIDA. LA LUZ PODEMOS MANTENERLA PRENDIDA:
a)
CAMBIANDO: Este
tiempo es un tiempo de conversión, de reflexión en nuestra vida. Cuando una
vela es encendida, la cera empieza a derretirse, y mientras se derrita la luz
logra mantenerse.
¿Qué queremos cambiar en este tiempo? ¿Qué queremos pedirle
al Señor que transforme en nosotros? En Adviento podemos empezar a cambiar, y
preparar un corazón para que Cristo nazca.
Silencio para
meditar.
VIGILIA -
COMIENZO DE ADVIENTO
Meditación:
Jesús, Tú
que fuiste engendrado “entre esplendores sagrados” desde la eternidad en el
seno eterno del Padre; Tú que eres Dios tres veces Santo, ante los ángeles y
santos del cielo se postran en adoración y no pueden hacer otra cosa que cantar
de alegría y exultar de gozo ante la visión de tu infinita majestad; cuando
viniste a este mundo, ya antes de nacer, conociste el rechazo, la frialdad y la
indiferencia de los hombres, porque “no había lugar” en los albergues para tu
Madre encinta de Ti y para San José, tu padre adoptivo y debido a esta razón,
tu Madre y San José debieron ir a las afueras de Belén, a una pobre y oscura
gruta. Jesús, estos albergues, con grandes y cómodos aposentos, con música y
calor de fuego, con abundantes alimentos y bebidas, llenos de gentes que comen,
beben y ríen despreocupadamente, pero que no tienen lugar para que entres Tú, que
vienes traído por tu Madre, son figura de los corazones soberbios que, en su
necio orgullo, creen no tener necesidad de Ti; estos albergues son, oh Jesús,
la figura de los pobres hombres que se aferran a los bienes materiales y a los
placeres de este mundo, olvidándose de la vida eterna y del juicio particular
que habrán de recibir el día de su muerte. Ten piedad de ellos, Jesús, por el
amor del Inmaculado Corazón de María; no les tengas en cuenta este pecado y
dales la gracia de la conversión. Amén.
Silencio para meditar.
Oraciones:
“Dios mío, yo
creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón por los que no creen, ni
esperan, ni te adoran, ni te aman” (tres veces).
“Santísima
Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo os adoro profundamente y os ofrezco
el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes,
sacrilegios e indiferencias con los cuales Él es continuamente ofendido. Por
los infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del Inmaculado Corazón de
María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén”.
L.- Los campos ya blanquean, la
cosecha está próxima.
T.- Librará al pobre que súplica, al afligido que no tiene protector.
L.- Cuida del pobre y desvalido.
T.- Se acerca el prometido, el Cordero de Dios, el Elegido.
L.- Él nos dijo: “No temas, no tengas miedo pobre mortal, yo vengo a socorrerte”.
T.- Juan lo señaló delante de sus discípulos más fieles y ellos le siguieron.
L.- Juan no era la luz: él era su testigo.
T.- Abramos la puerta, preparemos el corazón.
L.- Para que, cuando Él venga, nos encuentre de pie, preparados para recibirle.
T.- Ven Señor, date prisa, Señor. Te esperamos anhelantes. Sabemos que vendrás.
T.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Librará al pobre que súplica, al afligido que no tiene protector.
L.- Cuida del pobre y desvalido.
T.- Se acerca el prometido, el Cordero de Dios, el Elegido.
L.- Él nos dijo: “No temas, no tengas miedo pobre mortal, yo vengo a socorrerte”.
T.- Juan lo señaló delante de sus discípulos más fieles y ellos le siguieron.
L.- Juan no era la luz: él era su testigo.
T.- Abramos la puerta, preparemos el corazón.
L.- Para que, cuando Él venga, nos encuentre de pie, preparados para recibirle.
T.- Ven Señor, date prisa, Señor. Te esperamos anhelantes. Sabemos que vendrás.
T.- ¡Ven, Señor Jesús!
Silencio para meditar.
CANTO.
ESA LUZ ES CRISTO QUE VIENE A ILUMINAR NUESTRA
VIDA. LA LUZ PODEMOS DEFENDER:
b) VIGILANDO: No podríamos vigilar estando a
oscuras. Adviento por ser un tiempo preparatorio, debemos estar vigilantes y
atentos. El bullicio del comercio, la ropa, regalos, cena, luces, decoración,
podrían distraernos y no dejarnos preparar adecuadamente para celebrar
dignamente el nacimiento del Señor. Recordemos a las vírgenes precavidas, que
teniendo aceite en su lámpara estuvieron atentas a la llegada del novio (Mt 25,
1-13). Así nosotros, en Adviento debemos estar vigilantes, en oración, viviendo
la Liturgia cada día para ir llenando de gozo el corazón para el día en que
contemplemos al niño en el pesebre.
Silencio para meditar.
Oraciones:
“Dios mío, yo creo, espero, te adoro y
te amo. Te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te
aman” (tres veces).
“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y
Espíritu Santo, yo os adoro profundamente y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los
sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con los cuales Él es continuamente ofendido. Por los infinitos méritos de su
Sacratísimo Corazón y los del Inmaculado Corazón de María, os pido la
conversión de los pobres pecadores. Amén”.
Meditación
Jesús, cuando naciste en Belén, fuiste adorado
por los ángeles y los pastores: mientras los ángeles entonaban cánticos de
alabanza y glorificaban a Dios por su inmensa bondad, los pastores se postraban
ante tu Presencia, adorándote, porque unos y otros reconocían tu divinidad, oculta
en la humanidad de un Niño recién nacido. Los ángeles y los pastores veían en
Ti, oh Jesús, no a un niño más entre tantos otros, sino al Dios de majestad
inefable escondido, oculto, en el cuerpo de un Niño, y por eso se alegraban y
cantaban por tu Nacimiento. Te pedimos, oh Jesús, que enciendas nuestros
corazones con el mismo amor de ángeles y pastores, para que también nosotros,
que esperamos anhelantes la Navidad, te cantemos y te adoramos en el misterio
de tu Nacimiento. Amén.
Silencio para
meditar.
L.- Se cumplieron los tiempos.
T.- La Virgen concibió al Hijo de la Promesa.
L.- En Nazaret, en Galilea, Dios visitó a su pueblo.
T.- “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”.
L.- Llena de Espíritu Santo, María dijo: “sí” a Dios un sí de consecuencias eternas.
T.- Ella creyó en lo imposible. ¡Creyó! Es el comienzo de la Nueva Alianza.
L.- Pueblo de Dios, alégrate, salta de alegría.
T.- Llega el Salvador al mundo.
L.- Somos el pueblo que le busca.
T.- Derribas a los poderosos.
L.- Y haces callar a los malvados.
T.- Confías tu secreto a los pobres y a los humildes.
L.- Lo que escondes a los sabios, lo revelas a los sencillos.
T.- Se cumple la promesa hecha en otro tiempo a nuestros padres.
L.- Abraham se alegra con los suyos viendo que ha llegado el día.
T.- Levanta al pobre para que se siente y reciba el trono de gloria.
L.- Señor, Dios nuestro, restáuranos.
T.- ¡Que brille tu rostro y nos salve!
L.- Aguardamos la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.
T.- La venida de nuestro Salvador.
T.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- La Virgen concibió al Hijo de la Promesa.
L.- En Nazaret, en Galilea, Dios visitó a su pueblo.
T.- “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”.
L.- Llena de Espíritu Santo, María dijo: “sí” a Dios un sí de consecuencias eternas.
T.- Ella creyó en lo imposible. ¡Creyó! Es el comienzo de la Nueva Alianza.
L.- Pueblo de Dios, alégrate, salta de alegría.
T.- Llega el Salvador al mundo.
L.- Somos el pueblo que le busca.
T.- Derribas a los poderosos.
L.- Y haces callar a los malvados.
T.- Confías tu secreto a los pobres y a los humildes.
L.- Lo que escondes a los sabios, lo revelas a los sencillos.
T.- Se cumple la promesa hecha en otro tiempo a nuestros padres.
L.- Abraham se alegra con los suyos viendo que ha llegado el día.
T.- Levanta al pobre para que se siente y reciba el trono de gloria.
L.- Señor, Dios nuestro, restáuranos.
T.- ¡Que brille tu rostro y nos salve!
L.- Aguardamos la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.
T.- La venida de nuestro Salvador.
T.- ¡Ven, Señor Jesús!
Silencio para meditar.
CANTO.
ESA LUZ ES CRISTO QUE VIENE A ILUMINAR NUESTRA
VIDA. LA LUZ LA PODEMOS TRASMITIR:
c) ILUMINANDO: Adviento es el tiempo para ser
luz a los demás. San Juan Bautista predicaba a quienes venían a él, predicaba conversión
e indicando a cada uno cómo podía prepararse mejor (Lc 3, 10-15).
¿Cuántas personas vivirán esta época sólo
pensando en nieve, renos y el "espíritu de la Navidad", pero de
Cristo no sabrán nada?
Es entonces el momento de que seamos luz para
los demás, sea enseñando la fe, sea como la Virgen María, de camino al servicio
a la casa de su prima Isabel, sea compartiendo con el que no tiene nada en esta
época.
Este Adviento debe ser un camino en el cual
cada día preparemos un corazón para recibir al Señor con alegría.
Silencio para
meditar.
Meditación
Jesús, Tú elegiste para venir a este mundo, el
ser recibido por un matrimonio santo, formado por la Virgen María y por San
José, su esposo casto y cuando naciste, el matrimonio santo se convirtió en una
familia santa, la Sagrada Familia. Jesús, Tú quisiste ser acunado en brazos de
una Madre mujer y quisiste ser socorrido por un padre varón; de esta manera,
enalteciste a la familia humana con la santidad que viene de Ti, Dios tres
veces Santo. Al ser tu deseo el nacer en una familia formada por mujer y varón
y por un hijo, nos quieres hacer ver que la familia humana, creada por Ti y
santificada por Ti, es una sola y única y está formada por la
esposa-madre-mujer, por el esposo-padre-varón y que los hijos que nacen de esta
unión nupcial son fruto del amor esponsal. Jesús, te pedimos por la multitud de
niños que ven negado este derecho, el derecho a nacer en el seno de una
familia, como fruto del amor de los esposos y no como consecuencia de la fría
manipulación de laboratorio; Jesús, te pedimos por los niños que son congelados
en tubos de ensayo antes de nacer; te pedimos por los que son desechados; te
pedimos por los que son implantados en “vientres de alquiler”; te pedimos por
todos estos niños, porque ven violentado el derecho de todo niño de vivir, de
ser concebido como fruto del amor esponsal, de nacer en el seno de una familia,
de ser educado por una madre-mujer y un padre-varón. Te pedimos también por
quienes constituyen familias contrarias al orden natural, contrarias al orden
creado por Ti, avasallando así el derecho que tienes como Dios de que sea
respetada tu Voluntad expresada en la naturaleza humana. Haz que los hombres
entiendan que hay un solo modelo de familia posible, la Sagrada Familia de
Nazareth. Amén.
Oraciones:
“Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman” (tres veces).
“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo os adoro profundamente y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con los cuales Él es continuamente ofendido. Por los infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén”.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Sacia a los hambrientos.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Da luz a los ciegos.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Levanta a los decaídos.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Fortalece a los débiles.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Defiende a los débiles.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Transforma nuestros corazones.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Cúranos y santifícanos.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Alegra nuestros corazones.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Líbranos del pecado.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Consuélanos y Libéranos.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- ¡Sálvanos!
L.- Oh sabiduría salida de la boca de Dios, Palabra hecha carne como nosotros.
T.- ¡Ven!
L.- Oh guía de Israel, zarza ardiente, nube de fuego.
T.- ¡Ven!
L.- Oh raíz de Jesé, hijo de David.
T.- ¡Ven!
L.- Oh llave de David, puerta abierta a Dios.
T.- ¡Ven!
L.- Oh sol naciente esplendor del Padre, resplandor de su rostro,
T.- ¡Ven!
L.- Oh Rey del Universo, piedra angular de la Iglesia,
T.- ¡Ven!
L.- Oh Emmanuel, Dios con nosotros, Dios en nosotros.
T.- ¡Ven!
L.- Proclamamos tu nombre: “Maravilloso-Consejero, Dios Fuerte, Padre para siempre, Príncipe de la Paz”.
T.- ¡Ven!
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Da luz a los ciegos.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Levanta a los decaídos.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Fortalece a los débiles.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Defiende a los débiles.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Transforma nuestros corazones.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Cúranos y santifícanos.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Alegra nuestros corazones.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Líbranos del pecado.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Consuélanos y Libéranos.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- ¡Sálvanos!
L.- Oh sabiduría salida de la boca de Dios, Palabra hecha carne como nosotros.
T.- ¡Ven!
L.- Oh guía de Israel, zarza ardiente, nube de fuego.
T.- ¡Ven!
L.- Oh raíz de Jesé, hijo de David.
T.- ¡Ven!
L.- Oh llave de David, puerta abierta a Dios.
T.- ¡Ven!
L.- Oh sol naciente esplendor del Padre, resplandor de su rostro,
T.- ¡Ven!
L.- Oh Rey del Universo, piedra angular de la Iglesia,
T.- ¡Ven!
L.- Oh Emmanuel, Dios con nosotros, Dios en nosotros.
T.- ¡Ven!
L.- Proclamamos tu nombre: “Maravilloso-Consejero, Dios Fuerte, Padre para siempre, Príncipe de la Paz”.
T.- ¡Ven!
Silencio para
meditar.
CANTO
Meditación final
Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, te
pedimos que aceptes nuestra humilde adoración en reparación de tu Santo Nombre
y en acción de gracias por tu Encarnación y Nacimiento. Acepta cada
latido de nuestros corazones, une nuestros latidos a los de tu Sacratísimo
Corazón y a los del Inmaculado Corazón de María, y por los méritos de tu Pasión
y por los dolores de tu Madre, haz que se salve un alma por cada latido nuestro
unido a los vuestros. Tú eres el Dueño y el Señor de la historia y vienes a
nosotros no en el esplendor de tu majestad y poder, sino en la humildad de
nuestra naturaleza, desvalido como un Niño recién nacido. Acepta la humilde
ofrenda de nuestros pobres corazones, como si fueran otras tantas grutas de
Belén para que, por intercesión de María Santísima, te dignes a nacer en ellos,
para que seas la alegría y el gozo de nuestras vidas, en el tiempo y en la
eternidad. Amén.
Silencio
para meditar.
Oración final: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón por los
que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman” (tres veces).
“Santísima
Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo os adoro profundamente y os ofrezco
el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes,
sacrilegios e indiferencias con los cuales Él es continuamente ofendido. Por
los infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del Inmaculado Corazón de
María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén”.
Canto final: “Los cielos, la tierra, y el mismo Señor Dios”.
(De rodillas. Pausa en silencio. Canción)
Reserva del Santísimo.
Canción a la Virgen.
Reserva del Santísimo.
Canción a la Virgen.
VIGILIA -
COMIENZO DE ADVIENTO
L. Adviento, tiempo de espera de lo
eterno. Tiempo de espera del Señor.
T.- Tiempo de silencio para percibir su presencia. La presencia de Dios entre nosotros.
L.- ¿Cuándo llegará al fin el prometido de Dios?
T.- ¿Cuándo llegará el día en que nuestra espera será satisfecha?
L.- El día de Dios. Todavía un poco de tiempo, un poco de tiempo solamente.
T.- Y el Señor vendrá.
L.- Dios será luz para todos.
T.- Los ciegos lo verán.
L.- Todavía un poco de tiempo, un poco de tiempo solamente.
T.- ¿A quién temeré? ¿Quién me hará temblar?
T.- Tiempo de silencio para percibir su presencia. La presencia de Dios entre nosotros.
L.- ¿Cuándo llegará al fin el prometido de Dios?
T.- ¿Cuándo llegará el día en que nuestra espera será satisfecha?
L.- El día de Dios. Todavía un poco de tiempo, un poco de tiempo solamente.
T.- Y el Señor vendrá.
L.- Dios será luz para todos.
T.- Los ciegos lo verán.
L.- Todavía un poco de tiempo, un poco de tiempo solamente.
T.- ¿A quién temeré? ¿Quién me hará temblar?
T.- ¡Ven, Señor Jesús!
L.- Es el Señor, a quien esperamos
serena y gozosamente.
T.- Señor, ¡no tardes más!. ¡Ven, Señor Jesús!
L.- Tenemos necesidad de tu presencia.
T.- Nuestro corazón se viste de fiesta sabiendo que vienes ya.
L.- Que la humanidad entera ocupe su sitio para la fiesta.
L.- Que corra el vino en abundancia, como corría en las bodas de Caná.
T.- Sirvan las mejores carnes, se ha matado el toro cebado.
L.- Llega la hora, estamos de fiesta.
T.- No habrá últimos ni primeros.
L.- Todos seremos hermanos hijos e hijas del Rey.
T.- Todos saciarán su hambre.
L.- El lobo convivirá con el cordero.
T.- El leopardo será amigo del cabrito, el cachorro de león con el ternero.
L.- El león pacerá con la vaca y la cabra. El niño pequeño jugará con la serpiente y el áspid.
T.- Ven Señor, date prisa, Señor. Te esperamos anhelantes. Sabemos que vendrás.
L.- Los campos ya blanquean, la cosecha está próxima.
T.- Librará al pobre que súplica, al afligido que no tiene protector.
L.- Cuida del pobre y desvalido.
T.- Se acerca el prometido, el Cordero de Dios, el Elegido.
L.- Él nos dijo: “No temas, no tengas miedo pobre mortal, yo vengo a socorrerte”.
T.- Juan lo señaló delante de sus discípulos más fieles y ellos le siguieron.
L.- Juan no era la luz: él era su testigo.
T.- Abramos la puerta, preparemos el corazón.
L.- Para que, cuando Él venga, nos encuentre de pie, preparados para recibirle.
T.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Señor, ¡no tardes más!. ¡Ven, Señor Jesús!
L.- Tenemos necesidad de tu presencia.
T.- Nuestro corazón se viste de fiesta sabiendo que vienes ya.
L.- Que la humanidad entera ocupe su sitio para la fiesta.
L.- Que corra el vino en abundancia, como corría en las bodas de Caná.
T.- Sirvan las mejores carnes, se ha matado el toro cebado.
L.- Llega la hora, estamos de fiesta.
T.- No habrá últimos ni primeros.
L.- Todos seremos hermanos hijos e hijas del Rey.
T.- Todos saciarán su hambre.
L.- El lobo convivirá con el cordero.
T.- El leopardo será amigo del cabrito, el cachorro de león con el ternero.
L.- El león pacerá con la vaca y la cabra. El niño pequeño jugará con la serpiente y el áspid.
T.- Ven Señor, date prisa, Señor. Te esperamos anhelantes. Sabemos que vendrás.
L.- Los campos ya blanquean, la cosecha está próxima.
T.- Librará al pobre que súplica, al afligido que no tiene protector.
L.- Cuida del pobre y desvalido.
T.- Se acerca el prometido, el Cordero de Dios, el Elegido.
L.- Él nos dijo: “No temas, no tengas miedo pobre mortal, yo vengo a socorrerte”.
T.- Juan lo señaló delante de sus discípulos más fieles y ellos le siguieron.
L.- Juan no era la luz: él era su testigo.
T.- Abramos la puerta, preparemos el corazón.
L.- Para que, cuando Él venga, nos encuentre de pie, preparados para recibirle.
T.- ¡Ven, Señor Jesús!
L.- Se cumplieron los tiempos.
T.- La Virgen concibió al Hijo de la Promesa.
L.- En Nazaret, en Galilea, Dios visitó a su pueblo.
T.- “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”.
L.- Llena de Espíritu Santo, María dijo: “sí” a Dios un sí de consecuencias eternas.
T.- Ella creyó en lo imposible. ¡Creyó! Es el comienzo de la Nueva Alianza.
L.- Pueblo de Dios, alégrate, salta de alegría.
T.- Llega el Salvador al mundo.
L.- Somos el pueblo que le busca.
T.- Derribas a los poderosos.
L.- Y haces callar a los malvados.
T.- Confías tu secreto a los pobres y a los humildes.
L.- Lo que escondes a los sabios, lo revelas a los sencillos.
T.- Se cumple la promesa hecha en otro tiempo a nuestros padres.
L.- Abraham se alegra con los suyos viendo que ha llegado el día.
T.- Levanta al pobre para que se siente y reciba el trono de gloria.
L.- Señor, Dios nuestro, restáuranos.
T.- ¡Que brille tu rostro y nos salve!
L.- Aguardamos la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.
T.- La venida de nuestro Salvador.
T.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- La Virgen concibió al Hijo de la Promesa.
L.- En Nazaret, en Galilea, Dios visitó a su pueblo.
T.- “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”.
L.- Llena de Espíritu Santo, María dijo: “sí” a Dios un sí de consecuencias eternas.
T.- Ella creyó en lo imposible. ¡Creyó! Es el comienzo de la Nueva Alianza.
L.- Pueblo de Dios, alégrate, salta de alegría.
T.- Llega el Salvador al mundo.
L.- Somos el pueblo que le busca.
T.- Derribas a los poderosos.
L.- Y haces callar a los malvados.
T.- Confías tu secreto a los pobres y a los humildes.
L.- Lo que escondes a los sabios, lo revelas a los sencillos.
T.- Se cumple la promesa hecha en otro tiempo a nuestros padres.
L.- Abraham se alegra con los suyos viendo que ha llegado el día.
T.- Levanta al pobre para que se siente y reciba el trono de gloria.
L.- Señor, Dios nuestro, restáuranos.
T.- ¡Que brille tu rostro y nos salve!
L.- Aguardamos la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.
T.- La venida de nuestro Salvador.
T.- ¡Ven, Señor Jesús!
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Sacia a los hambrientos.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Da luz a los ciegos.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Levanta a los decaídos.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Fortalece a los débiles.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Defiende a los débiles.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Transforma nuestros corazones.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Cúranos y santifícanos.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Alegra nuestros corazones.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Líbranos del pecado.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Consuélanos y Libéranos.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- ¡Sálvanos!
L.- Oh sabiduría salida de la boca de Dios, Palabra hecha carne como nosotros.
T.- ¡Ven!
L.- Oh guía de Israel, zarza ardiente, nube de fuego.
T.- ¡Ven!
L.- Oh raíz de Jesé, hijo de David.
T.- ¡Ven!
L.- Oh llave de David, puerta abierta a Dios.
T.- ¡Ven!
L.- Oh sol naciente esplendor del Padre, resplandor de su rostro,
T.- ¡Ven!
L.- Oh Rey del Universo, piedra angular de la Iglesia,
T.- ¡Ven!
L.- Oh Emmanuel, Dios con nosotros, Dios en nosotros.
T.- ¡Ven!
L.- Proclamamos tu nombre: “Maravilloso-Consejero, Dios Fuerte, Padre para siempre, Príncipe de la Paz”.
T.- ¡Ven!
T.- Sacia a los hambrientos.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Da luz a los ciegos.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Levanta a los decaídos.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Fortalece a los débiles.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Defiende a los débiles.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Transforma nuestros corazones.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Cúranos y santifícanos.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Alegra nuestros corazones.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Líbranos del pecado.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- Consuélanos y Libéranos.
L.- ¡Ven, Señor Jesús!
T.- ¡Sálvanos!
L.- Oh sabiduría salida de la boca de Dios, Palabra hecha carne como nosotros.
T.- ¡Ven!
L.- Oh guía de Israel, zarza ardiente, nube de fuego.
T.- ¡Ven!
L.- Oh raíz de Jesé, hijo de David.
T.- ¡Ven!
L.- Oh llave de David, puerta abierta a Dios.
T.- ¡Ven!
L.- Oh sol naciente esplendor del Padre, resplandor de su rostro,
T.- ¡Ven!
L.- Oh Rey del Universo, piedra angular de la Iglesia,
T.- ¡Ven!
L.- Oh Emmanuel, Dios con nosotros, Dios en nosotros.
T.- ¡Ven!
L.- Proclamamos tu nombre: “Maravilloso-Consejero, Dios Fuerte, Padre para siempre, Príncipe de la Paz”.
T.- ¡Ven!
"SOY MISIONERO DE
JESÚS" (Aku Muallim)
Todo por la Misión!!
http://iam-jovenesmisioneros.blogspot.mx/
infanciamisioneraedamyuc@gmail.com
http://lainmaculadaadvientoynavidad.blogspot.mx/2011/10/presentaciones-power-point-sobre-el.html
Suscribirse a:
Entradas (Atom)