La Infancia Misionera se propone conseguir que los niños cumplan adecuadamente su misión local y universal. En esta pastoral misionera, no sólo somos misioneros sino que ayudamos a que otros sean misioneros. Nos proponemos "ser" discípulos de Jesús, "hacer discípulos" para Jesús y ayudar a "que ellos hagan" más discípulos para El. Por ello, esta pastoral misionera ha de tener una efectiva prioridad dentro de la pastoral diocesana y parroquial (RM 83).
La Infancia Misionera, realmente, es la principal Obra de la Iglesia universal y de cada Iglesia particular para la pastoral misionera con los niños.
Este servicio misionero se realiza con el protagonismo de los mismos niños. Jesús mismo es quien les ha dado una misión muy importante en la Iglesia y en el mundo. Ellos mismos han de realizarla evangelizándose y evangelizando. Los niños ciertamente son destinatarios de la pastoral misionera. Pero, ante todo, son sus protagonistas: por ello, la pastoral misionera habrá de ser siempre "con" los niños.
Una Pastoral Misionera con los niños requiere la realización de servicios en cuatro áreas, entre sí complementarias:
1º. Animación Misionera: Para despertar, avivar y sostener en los niños el espíritu misionero universal. Los medios que generalmente se utilizan para ello son: la oración, la información misionera, la motivación misionera, la asociación de los niños y su acompañamiento misionero.
2º. Formación Misionera:Para ayudar a que los niños hagan la "Escuela con Jesús" y, así, tengan criterios y mentalidad misionera, como la de su Maestro. Comprende como contenidos y actividades: la catequesis y teología de la misión, la espiritualidad misionera y la Metodología y práctica misioneras.
3º. Comunión y Organización Misionera: Para promover la comunión misionera entre los niños. La organización ayudará a utilizar adecuadamente los recursos disponibles para su servicio misionero y a integrar bien los servicios de los niños y los de sus animadores en la comunidad eclesial.
4º. Cooperación Misionera: Para ayudar a que cada niño realice los aportes misioneros que le corresponden en su comunidad local y en favor de la evangelización universal, especialmente por los niños en "la misión ad gentes".
Así, la Infancia Misionera con esta animación, formación, comunión y cooperación misioneras, ayuda a cada niño para que sea misionero en su familia, en su escuela, en su comunidad y misionero para el mundo entero. Sirviendo a los niños en las cuatro áreas, la Infancia Misionera cumple su principal finalidad que es la de su educación misionera y logra, también, promover su creciente cooperación misionera universal.
ORGANIZADOS COMO LOS APÓSTOLES CON JESÚS
La educación misionera la realizamos en "comunión" misionera, dentro de la cual cada uno, con Jesús, hace su propia parte.
Conforme a las circunstancias pastorales de cada nación, la Infancia Misionera se organiza como asociación misionera y como Institución de servicios; con ambas dimensiones se realiza plenamente el carisma original de esta Obra.
En su dimensión asociativa, esta Obra instituida por la Iglesia universal y local, vive y sirve a través de los grupos, equipos, células, etc. de Infancia Misionera, los cuales se promueven en las parroquias, en las escuelas, o en torno a otras Instituciones y movimientos infantiles. Los grupos de la Infancia Misionera, viven y obran como fermento misionero (ayudan a que los demás también sean misioneros) en su escuela, en su familia y en su comunidad. Podemos encontrar estos niños, como los Apóstoles con Jesús, reunidos semanalmente en sus grupos o realizando sus servicios misioneros en su familia, en su escuela, en su comunidad. Los habremos encontrado siempre alegres y generosos, colaborando en la parroquia y haciendo algo por las misiones.
En los grupos de la Infancia Misionera, como los Apóstoles con Jesús, los niños se hacen amigos de El; se forman en su Escuela de amor, van todos los días como misioneros a su familia y hacia sus compañeros; cooperan como misioneros para el mundo entero.
- En su encuentro (semanal o periódico) hacen su "Escuela con Jesús".
- Recibiendo su Palabra en la catequesis misionera, asimilándola como espiritualidad misionera.
- Ccomunicándola con palabras o con servicios (servicio misionero), y reforzando su comunión misionera.
- Cada grupo elige su nombre misionero, su patrono y sus compromisos concretos.
- Un niño guía el grupo, con la colaboración de su animador y la de todos sus compañeros.
- Estos niños asociados siguen participando y aprovechando, además, de la catequesis parroquial y de los demás servicios evangelizadores que le ofrecen su familia, la escuela y otras Instituciones o Movimientos.
- Otra expresión fundamental de esta Obra son los servicios de animación, formación, comunión y cooperación misionera (espiritual, material y con servicios evangelizadores) hacia todos los niños del mundo. Aunque no estén formalmente vinculados en la Infancia Misionera, los niños pueden aprovechar estos servicios según su necesidad y colaborar en ellos según su posibilidad.
- Los niños beneficiarios de los servicios y los demás niños son invitados a vincularse como amigos y colaboradores; y, si son católicos, son invitados a vincularse como miembros activos de la Infancia Misionera. Así, todos los niños pueden participar en diverso grado y forma en la Infancia Misionera.
- Se recomienda a los niños de la Infancia Misionera que participen en la Eucaristía misionera cada domingo y tengan en su parroquia una fiesta misionera cada mes. Los mismos niños ayudarán a prepararla.
- Cada año, se celebra la Jornada de la Infancia Misionera, en la cual se intensifica la oración por las misiones, se recolecta la ofrenda económica y se realizan muchas otras iniciativas en favor de la animación misionera de los niños de la comunidad.
- En cada Parroquia y en cada Diócesis, conviene realizar un Encuentro anual de Infancia Misionera, con el cual se refuerza la vida y el servicio de los niños misioneros.
- En cada Diócesis el Obispo es el padre y animador principal de la Infancia Misionera.
- Colabora con él un Director Diocesano de Obras Misionales Pontificias, quien asume y trabaja con un Secretario o Delegado Diocesano para la Infancia Misionera.
- El principal responsable y animador de la Infancia Misionera en la parroquia es el párroco.
- El busca la colaboración de los animadores misioneros y encomienda a uno de ellos la coordinación parroquial de la Infancia Misionera.
LA COOPERACION MISIONERA DE LOS NIÑOS EN LA INFANCIA MISIONERA.
Esta Obra promueve la cooperación misionera de los niños en tres formas:
- Cooperación espiritual: con el ofrecimiento de la propia vida cristiana (testimonio), la continua oración por las misiones y la ofrenda de los propios sacrificios, uniéndolos a los de Jesús por la salvación de los niños y del mundo.
- Cooperación material: con la "ofrenda misionera" económica o con otros bienes materiales.
- Cooperación con servicios misioneros: Dios necesita nuestra colaboración, nos necesita a nosotros mismos como misioneros. Además, necesita que le ayudemos a promover las vocaciones misioneras.
- Para promover y canalizar esa cooperación, la Iglesia universal ha establecido que "teniendo en cuenta las posibilidades locales", la obra organiza anualmente una Jornada Universal de los Niños. Con ocasión de esta jornada, ha de orientarse la atención de los mismos hacia las necesidades espirituales y materiales de los niños de todo el mundo, animándoles a correr en su ayuda con las propias oraciones, sacrificios, ofrendas, y ayudándoles a descubrir el rostro de Jesucristo". (Est. OMP, n° 20).
- También a través de su cooperación económica, los niños se proponen compartir su fe y ayudar a que los otros niños se hagan más amigos de Jesús.
- Durante más de 150 años, sin hacer discriminaciones de raza, cultura o religión, los niños de la Infancia Misionera, compartiendo su pan y su fe, han prestado ayuda a millones de niños para su alimentación, su vestido y salud, para la protección de su vida y su educación escolar y, sobre todo, para su educación cristiana y misionera. Las ofrendas de los niños, cada año, se utilizan para ayudar, con subsidios "ordinarios" y "extraordinarios", unos cuatro mil proyectos en favor de los niños más necesitados del mundo.
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